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La motosierra de Milei arrasa con la obra pública y deja al país sin gas

Desde su asunción el 10 de diciembre de 2023, Javier Milei puso en práctica una austeridad draconiana que pulverizó la ejecución de la obra pública.

Con una reducción del 87 % en proyectos financiados y un recorte del 82 % en transferencias de capital a fines de 2023, el Gobierno nacional paralizó obras clave para duplicar la capacidad del Gasoducto Néstor Kirchner y extender el Gasoducto Norte. El resultado: un desplome del 52 % en inversión de obra pública en los primeros cinco meses de 2025 y millones de argentinos a merced de tarifas volátiles y dependientes de costosas importaciones de GNL.

Desde su asunción el 10 de diciembre de 2023, Javier Milei puso en práctica una austeridad draconiana que pulverizó la ejecución de la obra pública. En apenas dos meses, la cartera de proyectos con financiamiento nacional cayó de 2.417 a 300 iniciativas –una merma del 87 %– y las transferencias de capital retrocedieron un 82 % en términos reales, según datos oficiales. Este ajuste radical, que buscó mostrarse como una exhibición de disciplina fiscal, resulta en la paralización de todo, salvo de los discursos de autoelogio.

El golpe más brutal se sintió en la infraestructura energética. Argentina, con reservas de gas en Vaca Muerta que podrían abastecer al país por tres décadas, se quedó sin la red de compresoras en Neuquén necesaria para amplificar el Gasoducto Néstor Kirchner, ni la extensión del Gasoducto Norte que trasladaría producción patagónica a la demanda central. Ambas obras, esenciales para garantizar el servicio y contener el gasto en divisas, duermen el sueño de los proyectos inconclusos.

El Monitor de Ajuste del Gasto Mensual revela que, entre enero y mayo de 2025, la inversión en obra pública se desplomó un 52,1 % interanual a precios constantes. Paradójicamente, el gasto primario total apenas cayó un 4 %, lo que desnuda que el sacrificio se concentró en la infraestructura y en los subsidios energéticos, retrocedidos un 70 %. La “motosierra” presupuestaria no perdonó ni las cañerías ni el tejido social que depende de un servicio básico.

En el terreno, la consecuencia es palpable: la mitad de los proyectos heredados no registra avance alguno; redes de distribución obsoletas, compresoras sin mantenimiento y barrios enteros sin nuevas conexiones. La Defensoría del Pueblo de Formosa advirtió que recuperar esa infraestructura requeriría 1,4 billones de dólares y que la parálisis le cuesta al país 25 mil millones de dólares anuales. Mientras tanto, los usuarios pagan el precio en cortes recurrentes y tarifas que responden al precio internacional del GNL, hasta tres veces más alto que el gas local.

Ante este panorama, la pregunta del gobernador Ricardo Quintela resuena con fuerza: “¿Qué obra vino, qué escuela, qué hospital…? Se quitó todo”. No se trata de un reclamo regional, sino de un diagnóstico nacional: el modelo de austeridad extremo de Milei ha dejado al país sin la infraestructura mínima para cubrir una necesidad elemental. Sin inversiones estratégicas, la Argentina seguirá pagando caro el precio de un ajuste que hoy se viste de éxito fiscal, pero que, a la larga, mina la competitividad, el desarrollo y el bienestar de todos.

A continuación, el desglose punto por punto de las obras esenciales de gas que fueron frenadas o paralizadas por la administración de Javier Milei, con su estado al último reporte disponible y el impacto inmediato:

-Plantas compresoras del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK)
Ubicación: Tratayén (Neuquén), Salliqueló (Buenos Aires) y Mercedes (Buenos Aires).
Avance al cambio de gobierno: ~60–80 % según cada planta.
Estado actual:
Tratayén: entraría en funcionamiento a mediados de junio de 2024, tras meses de demora por falta de pago (DEUDA de US $ 40 M con constructoras) 
Salliqueló: retrasada hasta al menos septiembre de 2024 por impago a la firma Contreras 
Mercedes: paralizada por falta de giro de fondos a Esuco, con retrasos adicionales.
Impacto: sin estas compresoras, la capacidad diaria del GPNK quedó en 11 millones de m³/d en lugar de los 22–24 millones posibles, forzando importaciones de GNL por ≈US $ 500 M para cubrir picos invernales 

- Segundo tramo de extensión del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (a Santa Fe)
Trazado pendiente: 524 km de cañería desde Salliqueló hasta San Jerónimo (cercanías de Rosario).
Estado actual: sin contratación ni licitación tras reversión de plazos; obras complementarias detenidas por decisión política 
Impacto: impediría conectar producción patagónica con el nudo central de Santa Fe, limitando aún más la disponibilidad de gas para el NEA y centro del país.

- Reversión y adecuación del Gasoducto Norte
Objetivo: invertir el sentido de flujo (hacia Argentina desde Bolivia) y reforzar capacidad.
Estado actual: licitaciones paralizadas desde fines de 2023; nuevas rondas de concurso retrasadas tras asunción de Milei y cambio de autoridades en Enarsa 
Impacto: agrava la dependencia de importaciones de GNL en invierno, al no poder recibir volúmenes adicionales desde Bolivia.

- Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno
Inauguración: 9 de julio de 2023, pero operando al 50 % de capacidad.
Obras faltantes: cinco plantas compresoras pendientes de construir y licitación para cañería, sin avances tras cambio de gestión 
Impacto: obligó a comprar gas a Brasil y GNL extranjero, con un costo extra de ~US $ 450 M en reservas.

Este conjunto de demoras y paralizaciones de infraestructura clave condena al sistema de gas argentino a funcionar por debajo de su potencial, disparando la factura de importaciones y dejando a millones de usuarios a merced de cortes y tarifas atadas al mercado internacional.

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