Gastronómicos al límite: denuncian deudas salariales de hasta 90 días y un año y medio sin obra social
El sindicato advierte que la situación “es insostenible”.
La crisis en el sector gastronómico vuelve a quedar expuesta. Luis Cuello, secretario gremial de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de La Rioja, confirmó que empleados de las cafeterías Filadelfia y Café del Paseo San Ignacio arrastran deudas salariales que superan los 90 días, además del 50% del aguinaldo sin pagar.
Según detalló Cuello, durante una audiencia en la Secretaría de Trabajo se constató que algunos empleados solo habían cobrado septiembre y que aún quedaban casos sin percibir ese mes. Octubre permanece completamente impago, y noviembre vence sin acreditar sueldos, profundizando la angustia de los diez trabajadores afectados —todos registrados—, varios de ellos con más de 25 años de antigüedad.
El representante gremial explicó que el propietario de las empresas, Luis Hidoyaga, solicitó tiempo hasta el 31 de diciembre argumentando la posible venta de una propiedad en Córdoba, pero el sindicato rechazó la propuesta inicial: “El problema es ahora, no se puede tener a los trabajadores 90 días sin cobrar”, sostuvo Cuello.
Tras las negociaciones, el empleador se comprometió a regularizar septiembre y octubre antes del 15 de diciembre, y cancelar noviembre hacia fin de año. El acuerdo fue comunicado a los empleados.
Sin embargo, la deuda salarial no es el único conflicto. Cuello reveló que la empresa mantiene más de un año y medio sin pagar aportes a la obra social, lo que genera enormes dificultades para sostener las prestaciones: “Tenemos que hacer maravillas para brindar servicios; a veces autorizar siete estudios de diez porque no alcanzan los recursos”, explicó.
Entre obra social y conceptos sindicales, la deuda acumulada asciende a unos 22 millones de pesos, situación que afecta directamente la atención médica de los trabajadores y sus familias.
Cuello remarcó que la situación es crítica y que el sindicato está haciendo todo lo posible para sostener la cobertura, pero advirtió: “Es una pelota de deudas enorme, y los trabajadores no pueden esperar más”.
