Locales

Educación sin egoísmos

Columna de Opinión por Mariana Maldonado

Los docentes nucleados en uno de los gremios de representación de trabajadores de la educación y el gobierno provincial no pueden encontrar un punto de acuerdo que permita el normal dictado de clases, tanto así que muchos alumnos y alumnas aun no pueden comenzar el ciclo lectivo 2023.

Aulas vacías, padres y madres enjados, niños y niñas sin educación formal constituyen hoy una de las grandes preocupaciones de nuestra sociedad y nuestros representantes institucionales. Esto ha generado una nueva grieta que cala hondo en opiniones encontradas y enfrentamientos estériles que nos llevan a preguntarnos : ¿Qué es más importante? ¿ El derecho a la educación o el derecho a la huelga? .

Los convenios 87 y 98 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), a los que Argentina adhirió y que tienen rango constitucional, por ende jerarquía superior a las leyes, establecen que la educación no es un servicio esencial, dado que su interrupción no pone en riesgo la vida, la seguridad o la salud de la población. En esta reglamentación se basan las luchas sindicales aunque el derecho a la educación claramente sea un principio constitucional y se enfrente al espíritu de la anterior reglamentación.

Tampoco es menos cierto que las constantes huelgas crean un clima de exclusión a la tan mentada igualdad de oportunidades. Quien puede negar que a medida que se pierden días de clases, se pierden con ellos espacios de aprendizaje, reflexión, socialización y en muchos casos hasta el único plato de comida diario de tuvo que salir a dar la escuela para que se concrete el principal derecho humano que es el de la alimentación. En ese marco siempre los sectores más vulnerables, los chicos y chicas pobres, alumnos y alumnas de las escuelas públicas son los más perjudicados. 

La Secretaria de Gestión Educativa del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Zoraida Rodriguez salió a pedir solidaridad a los docentes para que vuelvan a las aulas, mientras también se dibuja, en el marco de una intriga que ya conocemos las candidaturas políticas de los referentes docentes huelguistas. Entendemos el planteo sindical, los índices inflacionarios ayudan a desmejorar cualquier humor y a apreciar con incertidumbre el futuro. 

Es innegable que todos los sectores de trabajadores y tabajadoras, salvo excepciones, cobran menos de lo que necesitan para llevar una vida digna; también es lícito mencionar que la mayoría de estos trabajadores y trabajadoras espera que las discusiones salariales se lleven a cabo con los chicos en las aulas.

En la convención nacional sobre los derechos del niño, Artículo 3 y 28 se deja constancia claramente el derecho superior del niño a ser educado y si bien nadie parece detenerse en este principio, es importante ampliar el análisis y preguntarnos cuánto de utilización política existe detrás del paro docente. Será que porque los chicos no votan es fácil convertirlos en rehenes de especulaciones que tienen un fondo mucho más amplio que el que nos dicen cuando anuncian una huelga. 

Si hablamos del país ideal, seguramente coincidiremos en un esquema de prioridades que tengan la salud, la educación, la seguridad, la alimentación y la justicia entre los valores principales. Hoy, con una deuda externa que nos condiciona cualquiera de esos principios, la adaptación y la solidaridad se presentan como necesarias para capear el temporal. Y seguramente Ud. lector de esta editorial pensará … otravez la deuda externa!!! Es imprescindible que en el análisis de cada uno de nuestros males tengamos en cuenta este vector como el verdugo de cada argentino y argentina.

Volviendo al tema principal, podemos discutir infinitamente sobre prioridades, derechos, razones, sinrazones, lo que no podemos es darnos el lujo de seguir arrodillando al soberano negándole la educación. En el caso de La Rioja la semana anterior al inicio de clases se anunció con la presencia de los gremialistas que se habían establecido los acuerdos para el inicio del ciclo lectivo. Cuarenta y ocho horas despuésuno de esos actores anunciaba la medida de fuerza con paro por tiempo indeterminado que, a casi un mes de aquel anuncio, todavía sigue escindiendo a los alumnos y alumnas del derecho a educarse.

Es buscar coincidencias, es hora de dejar la agenda política y las apetencias absolutamente lícitas por un objetivo superior. Y ese análisis cada docente debe permitírselo como miembro de una sociedad que necesita curar profundas heridas con gestos de grandeza. El Articulo 75 de la Constitución Nacional, establece que la educación es un derecho de las personas y un servicio público con función social del cual son responsables el estado, la sociedad y la familia. Quizás sea el momento que en una gran concertación nacional con acuerdo generoso de todos los actores involucrados se declare a la educación argentina como un servicio estratégico esencial para que, cualquier discusión, se lleve adelante garantizando el dictado de clases.

Si somos capaces de lograr esa madurez para discutir sin toma de rehenes a los alumnos y alumnas, habrá generaciones posteriores formadas con el espíritu crítico del ejemplo que se inculca a partir de esta norma. Tal vez sería importante dirimir lo que realmente piensa la sociedad en una consulta pública que permita la expresión de todos los sectores, y que esa herramienta sea vinculante a la ley correspondiente. Solo así dejaremos atrás las especulaciones y los pareceres individuales o sectoriales para ponernos de acuerdo, voto a voto, en uno de los grandes temas que debe dejar de preocuparnos para ocuparnos en soluciones inteligentes y estratégicas. 

Para terminar me permito proponerles que hagamos un corte para acordar una nueva historia colectiva. Una experiencia basada en el análisis de los errores cometidos y en la firme convicción del poder transformador de la educación. ¿Y si en lugar de quejarnos y achacarles la razón de todos los males a los gobiernos que nosotros mismos elegimos nos proponemos un verdadero salto cualitativo? Ya lo decía Mandela “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Sera cuestión de poner manos a la obra. 

                                          

 

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